viernes, 31 de julio de 2009

El escultor

El escultor El gato negro
-Cuénteme los detalles… - Exigí al policía local mientras subíamos las escaleras rumbo al departamento de la víctima.
-Los vecinos notaron la desaparición de la chica una semana después del delito.
Un olor fétido invadió todo el piso, fue entonces cuando una vecina, que tenía una llave de repuesto que ella misma le había entregado, entró a su departamento y la descubrió.- Respondió y después añadió un tanto nervioso. – Es mejor que usted misma vea a la víctima, jamás había visto algo tan impactante…
En mi interior hubiera querido decir lo mismo, pero yo sabía bien que años en esta ocupación me habían vuelto un tanto fría ante todo tipo de escenas, que personas comunes ni siquiera se atreven a imaginar. Aunque, la verdad es que por la noche todas esas escenas vuelven a mi mente y comienzo a ahogar gritos en mi almohada.
-¿Es en este lugar?- Le pregunté.
-Así es detective Victoria. – Dijo mientras retiraba la cinta restrictiva que resguardaba el área, para abrirnos paso.
Al entrar el olor penetró en mi nariz de golpe, obligándome a llevar mi mano izquierda a mi rostro. Busqué en mis bolsillos por un pañuelo, cubrí mi nariz y boca con el mismo, pero el horrible olor aun seguía… Olía a carne… a carne putrefacta. A partir de ese olor mi mente se dispuso a si misma para una noche más de imágenes inolvidables.
El policía, que había cubierto la parte inferior de su rostro con su chaqueta, señaló a la chica, y después volteó su mirada hacia mí, sus ojos parecían querer escapar de tan horripilante imagen… y no era para menos. Una chica de unos 19 años de edad estaba literalmente incrustada en la pared. Los brazos estaban abiertos y en cada muñeca se encontraba encajada una alcayata que la sostenía a la pared, las piernas estaban en posición vertical, cubiertas por una sabana blanca manchada de sangre y sus pies desnudos estaban unidos por una tercera alcayata, en un costado de su torso desnudo estaba clavada una improvisada estaca de madera y en su cabeza tenia puesta una especie de corona hecha con un alambre de púas. En la pared estaba escrito algo con sangre… decía “Crucifixión de Jesucristo”.
-Un extremista religioso… - fue lo primero que dije, aunque en realidad en el fondo yo sabía que este no sería tan sencillo de atrapar como los demás.
- Dejó un recado… - Dijo el policía, señalando la pared que se encontraba a nuestra derecha.

La primera vez fue la más difícil. A ella la conocía desde hace tiempo… era una conocida mía de la infancia, recuerdo que solíamos jugar juntos por largo tiempo, siempre me gustó verla correr y que su precioso cabello se moviera con el viento. Fue mucha suerte haberla encontrado esa tarde en la agitada ciudad, ella caminaba en dirección contraria mía y yo la reconocí a distancia.
-¡Hola!, ¡cuanto tiempo!- Me dijo ella en cuanto me reconoció.
-Demasiado diría yo - Dije fascinado al verla sonreír; en ese momento supe que ella sería la más indicada para semejante obra de arte.
-No sabes cuantas ganas tengo de charlar contigo, pero, voy tarde para ir a trabajar… ¿cómo le haremos…? – Parecía esforzarse para hallar una solución y entonces le dije.
-¿Por qué no te doy mi número telefónico?, así me llamas para poder ir a charlar a algún lugar… aunque la verdad es que no me gusta ir a lugares públicos… -Le dije mientras ella esbozaba una sonrisa.


-¿Qué te parece si hablamos en mi departamento?, no es muy amplio, pero sí bastante cómodo.
- De acuerdo… ¿por qué no me llamas mañana?, a las ocho estaría bastante bien ¿qué te parece? – Dije y un segundo después comencé a anotar mi número telefónico en un papel.
-Bien, entonces, nos veremos mañana. – Dijo mientras me daba un beso en mi mejilla. Mi corazón se llenó de júbilo… y a la vez… miedo.
Una hora antes de que mi teléfono sonara estaba inquieto, veía entusiasmado todos los recortes que estaban en mi pared… cada obra hermosa, tan llena de vida y a la vez tan careciente de espíritu.
Sonó el teléfono, el sonido del timbre se filtró por mis oídos, y se deslizó por todo mi cuerpo hasta llegar a mi mano, que presionó la jeringa. El liquido transparente llenó mi ser de un éxtasis que debía perdurar hasta el momento de estar a su lado… las acciones que estaba a punto de cometer llenaban mi corazón de dudas, pero ahora sería mucho más sencillo.
En poco tiempo mi puño tocaba la puerta de su departamento, aquel edificio de paredes grises hacía que el intervalo de tiempo que existía entre cada golpe durara una eternidad. Por fin mis ansiedades terminaron en el momento que ella abrió la puerta y me recibía con una hermosa sonrisa. Cuando entré, el olor a comida dominaba el ambiente. El tiempo parecía alentarse mientras ella ordenaba los platos. Al momento en que ella con su delicada mano izquierda puso el último vaso sobre la mesa, yo la miré a los ojos y la golpee en el rostro con todas mis fuerzas.
Estaba tendida en el suelo, así que aproveché su inconsciencia para crear dos poleas, no fue muy difícil por que contaba con el material adecuado… uno debe estar preparado para cualquier cosa. Después de haber terminado mi trabajo amarré sus muñecas con las sogas de las poleas y por fin la elevé a la altura adecuada.
Era momento…saqué de su propia cocina un cuchillo. De regreso jalé una silla del comedor, el ruido que producían las patas traseras de la silla no me incomodó en lo absoluto… pero al parecer a mi compañera si, ya que al poner la silla frente a ella, abrió sus ojos. Intentó hablar, pero la mordaza que le hice se lo impidió.
-Ya, ya… tranquila. Tú eres tan… perfecta… tan hermosa… Siempre lo has sido, y por fin… esa belleza será inmortalizada.-Dije al tiempo de subir a la silla para estar frente a ella.
Ella intentó mover los brazos, pero se dio cuenta que era inútil. Se notaba triste, más en ese momento no me importó… aún no me importa.
Pasé el cuchillo por su rostro, lentamente, sin herirla. Después el cuchillo se traslado hasta su nuca, ella me miró a los ojos, nerviosa, pero no me importó, y de un tajo corté su cabellera.
- No te preocupes, vuelve a crecer…- Y comencé a cortarle más el cabello hasta que note que era del tamaño adecuado.
Ella comenzó a llorar, yo atrapé una de sus lágrimas con mis labios, sabía como agua de mar. Me bajé de la silla y fui por mis herramientas. El martillo era pesado, pero se volvía más ligero mientras avanzaba hacia ella. Subí de nuevo a la silla, posicioné el gran clavo en su muñeca, apunté con el martillo y… comenzó. El sonido de una orquesta completa retumbó en mis odios, mientras el primer golpe que daba salpicaba mi rostro con su sangre, no pude contener una sonrisa y después di el segundo golpe, éste llenó mis dientes con pequeñas gotas de rojo intenso, de ahí no podía contar mis golpes ni contenerlos. Uno tras otro, me brindaban tanto jubilo… era tanta mi felicidad


que empecé a golpear más fuerte, después más rápido, después más fuerte y más rápido y más fuerte… Hasta que noté que el clavo estaba completamente adentro. Volteé a ver el rostro de aquel ángel, y noté como aún gritaba con todas sus fuerzas… pero era inútil... ningún gritó lograba filtrarse por aquel pedazo de tela que había colocado en su boca.
Terminé con su otro brazo y sus pies, ella aún estaba viva, esta vez solo sollozaba. Fui a la cocina, la examiné con mis ojos y encontré un viejo y sucio trapeador… No… no era un trapeador, era una lanza. Rompí el palo de aquel objeto sin vida y regresé con ella.
-Debes estar contenta mi musa… eres la primer obra de arte que he creado… y debo decirte que ha sido un placer… Mi reina. – Y saqué de mi valija la corona.
Volví a pararme sobre la silla y mi mirada chocó directamente con la suya mientras descendía la corona que había hecho con alambre. Cuando ésta estuvo colocada, y algunas gotas de sangre manchaban las púas, bajé de un salto de la silla. Recogí la lanza, la miré, ella me miró, yo preparaba el golpe y ella comenzó a dar negaciones con su cabeza. De un golpe, fatal y fugaz penetré su abdomen desnudo, mientras sus pupilas se dilataban y se llenaba de carmesí la mordaza, el instante perduró y mi felicidad llegaba al clímax hasta que ella, bajó su cabeza de golpe… Aún no termino… falta la firma.

-“Sólo una mujer tiene la perfección para ser el hijo de Dios”… Es lo que dice detective, y debajo de eso puso lo que creo que es una “S”.
- No es una “S” es un “5”… está pintado con los dedos, ¿cierto? Dudo mucho que sea tan tonto como para pintarlo con sus propias manos – Observé.
- Y tiene la razón.- Dijo el policía señalando la mano derecha de la victima. Noté la ausencia del dedo índice y luego le pregunté.
- ¿Encontraron el miembro?
- No, y eso no es todo… al parecer usó guantes pues no se encontró una sola huella dactilar, y debido a que le cortó el cabello a la victima y lo esparció, nos fue imposible encontrar alguna muestra capilar del culpable.
Volví a ver a la víctima, anoté los datos que creí que fuesen sobresalientes y regresé a mi hogar.
Pasaron tres días desde la aparición de la primera víctima y yo hubiera olvidado completamente el caso si esa noche no hubiese recibido esa llamada…
-Diga.
- ¿Victoria?
- Ah… eres tú Raúl.
- Si, llamo para preguntarte algo.
- Pregunta.
- ¿Sabes algo de un asesino que deja un “5” escrito en sangre?
- Un “5”…. Espera… Sí, mató a una chica llamada María de Jesús.
- Bueno… también a un chico que estudiaba filosofía…
Unas horas después me encontraba frente a dos padres llorando y un cuarto ensangrentado. Los padres me contaron que el chico había invitado a alguien a su casa en su ausencia, y cuando regresaron se encontraron con el cuerpo mutilado de su primogénito.
Entré al cuarto del muchacho y mi sorpresa no tuvo límites. En un banco estaba un chico de una complexión admirable, estaba sentado completamente desnudo, a su
barbilla estaba unida su mano derecha con hilaza y a su vez, el codo del mismo brazo estaba unido con hilaza a su pierna izquierda, su mano izquierda estaba sobre su rodilla
de nuevo con hilaza ensangrentada, lo más sorprendente es que su rostro estaba sereno y pensativo, todo hubiese sido perfecto en ese rostro… de no ser por esa contusión en su frente. En el piso había escrito algo con sangre, decía “El pensador”, revisé las cuatro paredes en búsqueda de algo más, solo algunas salpicaduras de sangre…. Entonces se me ocurrió voltear hacia arriba… en el techo, también con sangre, había un mensaje: “El pensamiento es lo único que puede romper con la barrera de la ignorancia”, y debajo de esa nota había un “5”

Al tratarse de un hombre, me fue extraño el convencerlo de ir a su casa solos… más difícil aún cuando lo acabas de conocer en un vehiculo de transporte público… No puedes conquistar a alguien de tus mismas preferencias, pero lo bueno es que, por la misma razón, me fue sencillo ganar su confianza.
Estaba sentado en el rincón esperando ese momento… mi reloj marcaba las 8:05 y ya me sentía con ansiedad… estaba cayendo en una gran desesperación mientras las manecillas daban su marcha lenta e interminable cuando por fin… sonó el teléfono, y por fin mi cuerpo se llenó de esa sustancia adictiva, otra vez el éxtasis llegó a mí y estaba preparado para otra noche inigualable.
Había una figura de bronce en su habitación, él me la pasó con su mano izquierda… Y me dijo algo de un premio. Él charlaba incesante y yo sólo afirmaba con la cabeza, era tan… sencillo… sin complicaciones… Todo estaba ahí, como si el destino mismo lo hiciera.
Yo tomé la figura de bronce y él hablaba, sus dientes no eran blancos… mas bien amarillentos, y yo solo veía como su boca hablaba incansable… Notaba hasta los detalles más insignificantes, cómo sus labios se unían por líneas de saliva, cómo sus dientes chocaban y, de repente, cómo éstos seguían hablando sin emitir sonido alguno… No pude más y le asesté un buen golpe en la frente con la figurilla de bronce. Estaba despierto, supuse que no se desmayaría así que inmediatamente me lancé sobre él y comencé a asfixiarlo con mis manos.
Fue hermoso, la gran aguja hacía que la hilaza entrara blanca y pura, y saliera roja y poderosa. Podía sentir cómo iba penetrando el metal en la carne… lamenté que este individuo no pudiera ver lo precioso que estaba pasando en ese instante… pero no importaba… yo lo vivía. Y pronto más personas lo verían.

Yo lo llamé el asesino del “5” aunque, cuando aparecieron más victimas noté que no era tan repetitivo. Encontraron a una chica que le habían arrancado los brazos, la llamó “La Venus”… había escrito un “8” en sangre.

¿Qué cual fue mi inspiración con la tercera victima? Bueno, al igual que la obra original ella tenía brazos… el serrucho se encargó de solucionarlo.

La cuarta victima fue un chico muy atlético, el chico se llamaba David y así llamó a su “obra”… a este lo habían asesinado a golpes con un objeto contundente… había un “4” escrito en su abdomen.

Jajaja, el pobre tipo sólo sentía los golpes de mi martillo en todo su cuerpo, él había golpeado a muchos chicos menores que él en su vida… supongo que a muchos les
hubiera gustado ver cómo lloraba y suplicaba cuando, con mucho placer debo admitir, lo desnucaba.

La quinta víctima fue una chica que luchaba por los derechos de lo animales, la encontraron en su cuarto parada, con varillas metálicas enterradas permitiendo la posición erguida en la que se encontraba, tenía en su mano un antorcha encendida, su cuerpo estaba cubierto por una sábana… pero noté que algo goteaba y al quitar la sabana vi asqueada que no tenia piel en su abdomen… “Libertad” Y estaba escrito, en sangre obviamente, un “3” en un cuadro que tenía en la pared

¿Qué puedo decir de lo que le hice a nuestra preciosa dama que proclama Libertad?, bueno… a veces uno solo desea divertirse…

“Hermes con Dionisio niño”… comencé a odiarlo cuando vi que el maldito ahogó a un bebé de unos 7 meses… a su padre le cortaron el brazo… El maldito… los mató y puso sus cuerpos inertes juntos por su obsesión… tenían un “9” escrito en sangre a sus espaldas…

¿Que fue insensato?, no… ese niño ya hizo algo grande de su vida… cosa que muchas personas al llegar a su muerte no planificada jamás lograron.

Encontramos el cuerpo de un joven de unos 14 años, estaba suspendido por cuerdas que se clavaban en su cuerpo debido a ganchos como los que usan los carniceros… el numero “0” estaba escrito en el piso justo debajo de él…”La anunciación”
Su verdadero nombre, su verdadera ocupación… lo llamé el escultor… Tenía la manía de mutilar a sus victimas antes de matarlas sin piedad y ajustar su cuerpo de tal forma de que semejasen una escultura famosa…
¿Qué tenían en común todas estas victimas?, a todas ellas les habían cortado el dedo índice de su mano derecha…. Vamos Victoria tú puedes descubrir más…. Todas ellas estaban relacionadas con el titulo de la obra, ya sea por su nombre o por su ocupación… ¿Por qué deja un número diferente… por qué?

Las últimas tres victimas fueron en un corto tiempo… al contrario de lo que pensaba la cantidad de heroína a la que estaba acostumbrado a consumir había disminuido cada vez que iba dar una visita a mis amigos… eran los únicos que podían encontrarme… pero pobre de ellos si no era a la hora adecuada… Ahí estaba de nuevo ese sonido… el sonido del timbre del teléfono, mi cuerpo se excitó y entró a un estado de placer inigualable… pero esta vez noté algo, la inyección seguía llena… ¿Por qué entonces tengo la misma sensación?
-Necesito verte… nos veremos en un rato… ¿de acuerdo? – Le dije, y colgué sin escuchar su respuesta.
Cuando me encontraba frente a él no perdí el tiempo, le di un codazo en la nuca haciendo que gritara de el dolor, aproveché el instante para poner mis manos en su boca abierta; él intentó morderme… ¿Quién creía que era?, yo sabía lo que hacía… tonto… le disloque la quijada, el crujido se mezcló con un grito de dolor… yo apenas comenzaba…
Una de las mejores obras que he realizado, la cabeza apuntaba hacia el techo, con su boca abierta por las quijadas dislocadas, sus dedos de las manos estaban rotos hacia atrás, y lo que fue más hermoso, y difícil de realizar, fue que la mitad inferior de su cuerpo apuntaba al este y la mitad superior al oeste… “El hombre fulminado”, Ahora lo terminaré…

Y la última victima, que fue la que se encontró mas deforme tenía un “6”… aunque el mensaje esta vez no fue referente a la obra decía: “La felicidad… el éxtasis… ¿debo temerme a mi mismo por no sentir pena por lo que hice?… No puedo parar”.
-“5”, “5”, “8”,”4”,”3”,”9”, “0”, “6”… 5”, “5”, “8”,”4”,”3”,”9”, “0”, “6… ¿Qué significa?- Me repetía a mi misma una y otra vez.
Ya había visto esa serie de números… ¿dónde?...
-55-84-39-06… ¡Es un teléfono!- Grité encerrada en mi habitación.
Ahora lo recordaba ese teléfono estaba en una agenda de la 5ta víctima… Debía ser su número personal. Tomé el teléfono y marqué la serie de números impaciente, sonó una vez, luego otra, cuando pasó un tiempo relativamente corto colgué. Era una tontería hacer lo que estaba haciendo… pasé el número a mi colega Raúl, él investigaría la dirección. Era solo cuestión de tiempo para encontrarlo.
Raúl no tardo en investigar, me llamó para decirme que era una casa al lado de un abandonado almacén de material para construcción… eso explicaba cómo obtenía el material tan inusual para cometer los homicidios…
Me encontraba sumida en mis pensamientos, feliz de estar a punto de cerrar un caso más, cuando fui a la cocina a beber un poco de agua. Luego miré el vaso, miré mi mano… Era mi mano izquierda… Soy zurda…
-¡Por Dios!, el acomodo de los platos en la primera victima… el vaso estaba a la izquierda…. La libreta de la 5ta victima… la letra no era muy común… era Zurdo… ¡Todos zurdos! –Dije en voz alta.

-Victoria… no esperaba menos de alguien como usted… Aunque algo tarde… uno no debe vivir en los demás sino que debería cuidarse a si mismo… Usted fue la primera en la que pensé al empezar a crear mis obras de arte… - Le dije mientras me acercaba a ella con una hacha… oxidada… El miedo que se notaba, la decepción, me llenó por dentro, mi cuerpo estaba lleno de excitación.
- La primera vez fue la más difícil. A ella la conocía desde hace tiempo… era una conocida mía de la infancia… - Le dije mientras, con toda mi fuerza, le daba un golpe con el hacha, cortándole casi por completo su brazo derecho…
Limpio mi hacha, ella esta sin cabeza y sin brazos… terminé la obra encajándole unas alas que yo mismo hice especialmente para ella… tengo sus dientes en mi bolsillo… y las gotas de sangre aun caen desde su degollado cuello al piso… donde había escrito: “La Victoria de Samotracia”.
Suficiente de escultura… vayamos con pintura.

2 comentarios:

  1. Pasion....Deseo...Amor...

    Nuevamente me postre frente al monitor. La mirada perdida en el blanco delante mio. Un espacio tan amplio para un sentimiento tan corto...es posible? La gente habla de el como algo inmenso que es incapaz de plasmarse en palabras y transcurre lento en pensamientos. Y sin embargo, para mi resulta tan sencillo escribirlo..tan sencillo que me sobra espacio y tiempo para reconstruirlo, y replasmarlo una y otra vez hasta que se vuelve tedioso.

    Talves se deba a mi fria mentalidad. Aquella que me construyeron con el pasar de los anios, y me ha enseniado que aun la mas desbordante locura tiene un origen, un porque. Esa misma que frena mis instintos mientras me pregunta "para que?". Variada ha sido la gente que se detiene y me cuestiona, como si se tratara de algun pecado incomprensible, si acaso no sufro viviendo asi. Pamplinas, sufre mas quien no sabe controlar su corazon y camina andando tropezones por la vida...sufre mas aquel que llora con la historia de un amor imposible, que aquel que lo vive sin remordimiento alguno.

    Y sin embargo, heme aqui...de nueva cuenta frente al monito. He de escribir las palabras exactas porque tu asi me lo pediste. Me dijiste: "dime que me quieres", y asi lo he hecho.."te quiero".
    Mas tu parte humana me traiciono y lanzandome una mirada fria y penetrante me acusaste injustamente de insensible e incapaz de quererte. "Porque? Por que te dije lo que querias oir?" te pregunte antes de que dieras otro paso..."no, porque no lo dijiste como debiste decirlo".

    Y dime tu, como debo decirlo? Tu diste una orden y yo obedeci. Talvez debiste pedirme que te lo dijera con tristeza, con nostalgia, con ternua, con enojo o talvez, con amor. Falso sonaria, pero si asi me lo pidieras sabes que lo cumpliria...Pero no. Preferiste arrojarme tu reproche al rostro y abandonarme en el intento por escribir aquello que tu quieres que diga sin decirlo.

    Tome un libro, con palabras que se suelen conjugar con el querer, y te escribi:
    "En el vasto cielo no hay estrella,
    tan bella como ella.."
    Tampoco eso fue suficiente. Ello no salia de mi corazon, dijiste. Argumente que mi punio era mi corazon de escritor...hiciste caso omiso a mis palabras y marchaste por segunda ocasion.

    Entonces, cogi lapiz con la mano izquierda y alzando la vista a la foto tuya junto al macetero de margaritas marchitas, hize un retrato tuyo en base a la memoria y al recuerdo. Cerre los ojos cuando me hicieron falta los detalles, y tu imagen fulminada en mi pupila me ayudo a terminar el tan mentado regalo que habria de intercambiar por tu perdon.

    "Que es eso?" fue tu expresion al sostener el marco en cual habia resguardado tan fina escultura. Tu, iba a responder, mas tus labios fruncidos y la indignacion en tu rostro me detuvieron...que es lo que quieres si no es la realidad de mi vista? Miento para embellecer los que considero hermoso? Porque te aferras a que plasme la irrealidad que tu imaginas, ocultando la fascinacion de tu ser desnudo?

    Mil horas te busque tras el tercer intento...y mil veces te desapareciste refugiandote en algun pretexto. "Tengo tarea", "Estoy ocupada", un desfile de excusas paso ante mi...y fui incapaz de cruzarlo para llegar a ti. Finalmente, al mil y un dia te encontre. Corri hacia a ti y a quemaropa, mas molesto que enamorado, grite:

    "Carajo, Que quiere que te diga?"

    Tus ojos se clavaron en mi. Estudiaron mis facciones, poniendo a prueba mi quebrantada voluntad y al cerciorarte de que aquella amenaza no significaba nada para ninguno de los dos, respondiste:

    "Dime que me quieres".



    Asi que aqui estoy...frente al monitor. La mirada perdida en el blanco delante mio. Un espacio tan amplio para un sentimiento tan corto...Escribo las dos palabras que me pediste te dijera y despues las borro.

    Ahora que lo pienso, mas facil es olvidarte que escribir, a tu modo, un insensato "Te Quiero".

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  2. woo esta genial ralmente lo admiro no pude dejar de leer hasta terminar, me recordaron a las peliculas de Dario Argento pero mejor, realmente admirable, las descripsiones los dialogos, todo.

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